Aquí estoy, apático y sin fuerzas,
con una indiferencia que me invade,
nada me emociona ni me conmueve,
todo me resulta aburrido y vacío.
Pero aunque mi corazón esté de vuelta,
y nada parezca sacudir mi tristeza,
sigo creyendo en el cambio y en la esperanza,
en que el sol volverá a iluminar mi mesa.
Quizás mañana el aire me traiga alegría,
y el viento me cante su canción de amor,
y las cosas volverán a tener sentido,
y de nuevo podré sentir pasión y fervor.
Así que no pierdo la fe y la confianza,
en que algún día volveré a la vida.
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