lunes, 29 de agosto de 2011

Pasmo

De repente me encaro a situaciones que habrían sido las mías, si, en su momento, hubiera hecho las cosas bien para conseguir lo que yo quería ser a estas alturas. Pero como no lo hice por ignorancia, por miedo o por pereza, no lo son. Y el sentimiento que me embarga es doloroso. Mi primer recurso para afrontar esa situación y eliminar el dolor, consiste en hacer caso omiso y pensar que lo que tengo tampoco está mal, y cuando este método falla, me tomo una copa.
Pero cada vez esta situación es más frecuente, son cosas de la edad, y la ola de puritanismo que nos invade hace que cada vez me sienta más culpable por beber. Y que empiece a preocuparme...
En realidad lo que me preocupa es acabar frustrado, amargado, en alcohólicos anónimos y con un cerebro tan blanco y radiante por el lavado al que lo han sometido que lleve, aguante y mantenga una vida de mierda. Eso sí, sufriendo que es como se crece espiritualmente.
Pero ¿quien quiere crecer cuando el problema es que ya todo se cae?

No hay comentarios:

Publicar un comentario